Compartir la intimidad sexual con una persona es algo más que desnudarte de cuerpo, sino también de alma. Las dudas te asaltan, así como las inseguridades personales, afectando a la experiencia y a la relación. No dejes que esto ocurra entendiendo el origen de todos estos problemas.
Aprenderás a abrir tu mente, a conocer el cuerpo de la otra persona, a comunicarte en aquellos temas más sensibles y, en definitiva, a dejar que la confianza fluya como debería. Muy recomendable para aquellos que están descubriéndose en sus primeras relaciones.